Plegaria

Pedí a dios encontrar el camino
Y dios salio a mi encuentro
Dándome este lugar en el mundo.
Pedí que el destino soplara a mi favor
Y se abrieron las puertas de trabajo.
Así surgieron las fábricas y empezó a bullir
La actividad entusiasta
Junto a las aptitudes y habilidades
De todos nosotros: los obreros
Y el sol de su divina presencia
Perlo mi frente, con el sudor de mi esfuerzo.
Pedí a mi dios que las lluvias bendijeran con su frescura
Los campos de mi patria,
Para que el trabajo no falte en mi pueblo.
Pedí a dios recordar los máximos momentos de mi vida,
Y sorprendentemente vinieron a mi mente
Los años de lucha, que impulsados por alicientes halagüeños,
Trataba trabajar con ahínco en el adelantamiento de las empresas.
Pedí a mi dios independencia
Y me dio el derecho a labrar mi propio futuro.
Pedí a mi dios prosperidad para mi pueblo,
Porque sentía que ya me había adoptado
Y al cual contribuí con todo cariño en agradecerlo
Y hoy es el más floreciente que se puede imaginar.
Pedí al mi dios optimismo para intuir mi futuro,
Y me dio fuerzas para trabajar con placer y entusiasmo,
Afianzando día a día ese sentimiento de mutua confianza
Entre el obrero y su patrón
Que es quizás el aporte más valioso
Para que una empresa vaya adelante.
Pedí a dios voz y voto en lo que concierne a mi trabajo,
Porque creo que ese es un derecho natural
Que ningún hombre digno puede renunciar,
Y me dio sentido común:
Para oír a mi patrón y que el me oiga a mi.
Hoy ya no pido Señor:
Hoy te doy las gracias por hacer de mi ciudad:
mi lugar en el mundo.