El Viejo Sabio siempre salia de su ermita muy temprano, antes de salir el Sol. Su viejo cuerpo no le pedia demasiado descanso y seguia lleno de vitalidad. Apenas dormia cuatro o cinco horas, despertaba rebosante de energia y salia a barrer el patio delantero de la ermita para que los feligreses encontrasen un lugar limpio y ordenado en el que pudieran ordenar pacificamente su alma. Sin embargo el primer caminante que pasaba delante de su lugar de paz no era un feligres suyo.
Hacia varios meses que Gr'anSan venia observando a ese jovencito. Antes solia jugar con los chicos de su edad, pero desde hace unos meses su comportamiento habia cambiado mucho... y eso le llamaba la atencion al Viejo Sabio. Aunque lo que mas le extranaba no era que ya no se relacionase con ninos de su edad y solo caminara junto a hombres mucho mas mayores que el. Lo que mas le extranaba al Anciano clerigo era el brusco cambio que habia sufrido su espiritu. Gr'anSan calculaba que en estos ultimos meses, el joven Kan, habia madurado el equivalente a 15 anios. Y eso si que le llamaba la atencion.
El Viejo Sabio poso la escoba contra una de las paredes de piedra que formaban su vieja ermita, y alzo la mano para llamar la atencion del Joven Samurai.
- Joven! - grito a Kan - Donde vas tan temprano? A estas horas solo los demonios y los santos andan por la calle. Los primeros retornan a las entranas de la tierra a protegerse del abrasador Sol y los segundos bajan del cielo para proteger a los hombres de las calamidades y del Mal. - Y como hacia todas las mananas pregunto al Joven - Tu que eres? Santo o Demonio?
- Ninguna de las dos cosas ? Replico con una sonrisa Kan, todas las mananas tenia la misma conversacion con el anciano y todas las mananas las palabras eran las mismas, se habia convertido en un ritual diurno entre los dos - Solo soy un Joven Samurai que camina hasta los arrecifes para poder contemplar la belleza del amanecer y la suavidad del fluir de las Olas en el Mar.
- Y por que haces tal cosa en vez de alargar tu descanso como el resto de los mortales? ? Pregunto el Viejo anadiendo una novedad a la conversacion.
Kan quedo sorprendido, ya habia reemprendido el camino al considerar que la conversacion habia finalizado como tantos dias atras; tardo un segundo en organizar sus ideas antes de mirar fijamente a los ojos del anciano y responder...
- Porque mi espiritu guarda tal ansia por vivir la vida y por actuar que le es dificil mantenerse dormido mas de unas pocas horas al dia. Solo duermo lo suficiente para deshacerme del cansancio del dia anterior y despertar cargado de nuevas energias. - Kan hizo una pausa para comprobar si el Anciano Clerigo comprendia lo que le decia, el Sabio conocedor del corazon y las almas de los hombres asintio y con un gesto de su mano invito al Joven a continuar - Ver la belleza del amanecer renueva y dobla mis energias, pues hace renacer en mi espiritu la fe por las causas justas y las buenas acciones. Por otra parte el suave mecer de las olas calma mi espiritu y me ayuda a ordenar mis ideas y a organizar mentalmente mis tareas diarias de una forma mas tranquila y eficiente.
Violentamente el Viejo Sabio tomo su gastada escoba y agitandola en el aire replico.
- Entonces que haces perdiendo el tiempo con un Viejo Estupido? Ve, Corre! Que este Viejo Tonto te ha entretenido y no quiero que por mi culpa te pierdas ni un momento tan sagrado de tu tiempo.
Kan, impulsivo por naturaleza, azorado de tal manera por el anciano echo a correr como alma que lleva el diablo hacia su lugar secreto.
- Y despues, cuando retornes y pases por aqui, pasa a ver a este Viejo Loco que quiere hablar contigo! - Grito Gr'anSan al joven mientras corria.
Turbado por las palabras del joven, el Sabio Clerigo delego esa manana las tareas clericales en su ayudante, un hombre de mediana edad que habia sido aprendiz de Gr'anSan desde que era solo un nino. El viejo Sabio se retiro a su patio trasero desde donde veria llegar antes al Joven Samurai, y se entretuvo barriendolo lentamente mientras dejaba que su mente viajara por los derroteros de la meditacion.
Pocos momentos despues de que los broncilineos dedos de la Aurora dejaran de acariciar la ondulante superficie del mar, el Anciano Clerigo vio retornar tranquilamente a Kan por el camino del desfiladero. Su paso era tranquilo y seguro, su postura era erguida, denotaba firmeza... y sin embargo estaba exenta de presuncion. Una de sus manos acariciaba su barbilla, aquel menton joven que todavia no era capaz de empezar siquiera a cubrir su cara con el vello de la madurez. Su otra mano se movia en el aire acompanando los pensamientos del joven. Hubiera parecido un gran Sabio meditando sobe la importancia de la existencia del hombre sino fuera por que su joven piel y sus musculos aun sin formar delataban su extrema juventud.
Gr'anSan estaba convencido de que dentro de ese cuerpo de nino residian el espiritu y la mente de un hombre Maduro, Sabio y Justo. Por eso queria asegurarse de que sus intenciones eran justas y de que sus actos serian los correctos. Pues en caso de que la injusticia rigiera sus actos aquel pequeno seria aun mas temible que el peor de los demonios, pues si una cosa era segura era que ese nino un dia cambiaria las vidas de millares de hombres... y el debia saber si seria para bien o para mal...
- Como ha sido hoy el amanecer Joven Samurai?
- Precioso - respondio Kan resurgiendo de sus pensamientos - precioso... como siempre.
- Te he visto cruzar delante de mi ermita todos los dias durante meses - dijo el Anciano Clerigo mientras invitaba con un gesto de su mano al joven Kan a tomar asiento a su lado - Y en todos esos meses nunca has entrado a descargar tu alma de las malas acciones que hallas cometido.
Kan miro con los ojos abiertos de par en par al viejo clerigo como solo los ninos saben hacer. Realmente habian pasado meses? Le habian parecido solo unos pocos dias... realmente el tiempo cada vez corria mas rapido.
- Eh... - Kan no sabia que responder, al final miro al Viejo Sabio con una mirada que reflejaba su inocencia y su arrepentimiento - Lo siento - Dijo sencillamente
- Eso esta bien... pero no es suficiente. - El Anciano fijo sus ojos en Kan para escrutar atentamente su rostro y no perderse ni la mas minima reaccion de su rostro - Dime entonces ahora cuales han sido tus malas acciones en todo este tiempo. Incluidos los malos pensamientos...
La voz del Anciano Clerigo era dulce y firme a la vez, sin embargo ni una sombra de miedo, ni la mas minima duda recorrio el rostro de Kan cuando respondio, casi automaticamente.
- No he cometido ninguna - Y la mirada sincera que se reflejo en sus ojos, junto con la inocente sonrisa, exenta totalmente de orgullo que se reflejo en su rostro convencio de la veracidad de sus palabras al Viejo Sabio... el cual quedo increiblemente impresionado por la simple afirmacion del joven Kan.
El Anciano medito un momento, era obvio que Kan era sincero, pero sin embargo era tan dificil... Casi imposible!
- No has causado mal a nadie? ? Pregunto el anciano y el joven respondio negando efusivamente con la cabeza.
- No has tomado nada que no te pertenecia? - Kan nego con una incredula expresion en su rostro que reflejaba que, para el, eso era algo impensable.
- Quizas has tenido pensamientos negativos sobre alguna persona? - Dijo el anciano mientras guinaba un complice ojo a su interlocutor.
- No! Deberia haberlo hecho? - Replico Kan
- Por supuesto que no! No digas tonterias! - Dijo perdiendo los nervios momentaneamente- Perdona... Es que como haya muchos como tu... Me quedo sin trabajo! - Y prorrompio en una enorme carcajada - Dime, tampoco has tenido pensamientos extranos sobre las mujeres...
- Como que? - respondio extranado Kan
- No, nada olvidalo - Tampoco eso! Claro, era demasiado joven... fisicamente solo era un nino, aunque su mente fuera la de un adulto.
- Kan, acercate y mira... - dijo el anciano mientras sacaba un paquete de semillas de entre su tunica blanca - Esta es mi distraccion, tu miras el mar... yo doy de comer a las palomas - Diciendo esto arrojo un gran punado de semillas delante de si. Inmediatamente un estruendoso batir de alas lleno el aire, y unas pocas palomas al principio y despues docenas de ellas bajaron desde el techo de la ermita hasta, literalmente, rodear al joven y al anciano.
- Mira atentamente a esas palomas Kan, puesto que son iguales a los hombres.
El joven Kan no sabia a que se referia el anciano, las palomas eran pequenas y grises, tenian pico y alas... ademas no sabian hablar y volaban... Eran totalmente diferentes a los hombres! Sin embargo el Samurai sabia reconocer cuando un hombre sabio tenia ganas de hablar y dejo que la sabiduria del anciano fluyera por su boca como un dorado rio que no encuentra ninguna resistencia a su paso, mientras riega los puros pastos que ha de alimentar.
- Si Kan, veo en tu cara que te extranas... pero estas palomas, aun siendo totalmente distintas en su envoltura a nosotros... en su esencia son iguales. Igual que el agua que recorre el pozo y el cubo son la misma agua... el comportamiento de las palomas es igual al de los hombres.
- Miralas atentamente Kan, miralas y dime que es lo que ves.
- Veo a muchas palomas comiendo - Dijo sinceramente Kan.
- Seguro? - Dijo el anciano - Mira mejor!
Kan reflexiono unos instantes y anadio.
- Bueno, realmente hay algunas palomas comiendo y muchas que no.
- Y... Por que esas ultimas no estan comiendo Kan? Acaso no hay suficiente comida?
- Bueno... realmente si hay comida bastante, si se juntaran un poco mas y se acercaran aquellas del fondo... podrian comer mas del doble de las que realmente estan comiendo.
- Y... Por que no se acercan? Crees que no tienen hambre?
- Esta muy claro que tienen hambre. Esa de ahi esta flaquisima! - El Joven Samurai las miro atentamente - Parece que esas del fondo tienen miedo, y por eso no se acercan.
- Dices que tienen miedo? - El anciano sonrio y miro fijamente a Kan - Pues dices bien. Tienes toda la razon. Tienen miedo y por eso no se acercan. Y Por que tienen miedo? Les vas a hacer algo? Planeas matarlas?
- Yo? - Pregunto el Joven Samurai - Por supuesto que no!
- Bien, yo tampoco... y a mi me conocen desde siempre, pues yo ya estaba aqui mucho antes de que ellas nacieran - El Viejo Sabio senalo al Joven Samurai y le dijo acusadoramente - Kan, la culpa de que no coman es tuya No sientes remordimientos?
- La verdad es que eso es lo que estaba pensando - El joven Samurai se rasco la cabeza y al final desesperado pregunto - Que puedo hacer?
- Bueno, puedes intentar decirles que no pretendes hacerles caso e invitarles a que se acerquen a comer. - El viejo le invito con un gesto de su mano a probar - Intentalo!
- Palomitas bonitas, palomitas bonitas - pronuncio estupidamente Kan con una vocecilla aguda y suavizada con intencion ? venid a comer, no quiero haceros dano, si no comeis morireis de hambre, Vamos venid!!
Las palomas miraron a Kan como si estuviera loco y se alejaron unos pasos mas.
- Nada, no me hacen caso! ? Exclamo agobiado Kan Realmente queria que las palomas comieran!
- Puedes probar acercarte con un punado de comida en la mano... - dijo el viejo - quizas al ver tanta comida cojan confianza y se posen en tus manos a comer...
A Kan le parecio grata la idea, asi que cogio dos punados de comida y se acerco lentamente a las palomas mostrandoles la comida. Estas al ver caer algun grano de las manos de Kan hicieron amago de acercarse, pero al ver las manos llenas de semillas del joven Samurai mientras este se acercaba... echaron a volar espantadas por la cercania del muchacho hasta posarse en el techo de la vieja ermita.
- No lo entiendo! - exclamo enfadado Kan - Estas Palomas son tontas! No se dan cuenta de que yo solo quiero su bien? Si pudiera hacer que entrasen en razon... Pero que digo? ? Exclamo dandose cuenta de un detalle - Si son solo palomas! Son desconfiadas y cobardes por naturaleza...
- IGUAL QUE LOS HUMANOS! - Exclamo de un grito el Sabio Clerigo cortando los razonamientos de Kan.
El joven Samurai quedo paralizado al ver la sutil trampa que le habia preparado el Anciano Clerigo, y en su mente empezo a brillar la llama del entendimiento... pero todavia solo eran unas pocas chispas dispersas que no eran capaces de alumbrar el complicado entramado de la argumentacion del anciano.
- Entiendes Kan?
- Todavia no estoy seguro ...me quieres decir que todos los hombres son cobardes por naturaleza?
- Ni mucho menos! - El anciano palmeo el asiento de piedra - ven, vuelve a tu asiento y mira.
Kan asi lo hizo... y despues de un rato sin entender nada de lo que estaba viendo pregunto...
- Que estoy viendo anciano?
- El comportamiento de los hombres querido nino!
- Me lo puedes explicar clerigo? - La cara de Kan era una mueca torcida... como su cabeza, que estaba ladeada en un vano intento de entender mejor el misterio.
- Mejor explicamelo tu! - EL joven Samurai le envio una mirada de misericordia - Venga! Describeme lo que ves!
- Bueno, veo muchas palomas a nuestro alrededor - empezo Kan resignado - unas pocas estan muy lejos, mirando y alargando la cabeza, pero tienen miedo de nosotros y no se acercan. - Kan las senalo con un gesto - La mayoria esta a una distancia de un par de brazas de nosotros...
- La distancia justa de seguridad - anadio el anciano y ante la mirada de extraneza del joven agrego - Si estuvieran a una braza, podrias cogerlas con solo alargar el brazo. Estando a dos brazas, si haces un movimiento brusco para intentar cogerlas... ellas tendran el tiempo justo para echar a volar y escapar - El anciano indico con la mano a Kan que continuara su descripcion.
- Pues estas palomas estan picoteando unos cuantas semillas, aunque son pocas porque la mayoria esta a nuestro alrededor - El joven Samurai guardo silencio un segundo antes de anadir - es extrano que no se acerquen mas, pues son muchas palomas para muy pocos granos.
- Exacto! Continua por favor.
- Bueno, muy cercanas a nosotros - Kan estiro un brazo para demostrar sus palabras - dentro de la distancia de una braza estan cerca de una docena de palomas... que se estan poniendo moradas, pues se estan comiendo la mayoria de los granos que echaste al suelo.
- Muy bien! Veo que sabes describir muy bien - El viejo senalo las manos del chico - Ahora extiende tus manos en forma de copa y dime lo que pasa.
El joven Kan, dandose cuenta de que todavia llevaba en las manos las semillas que antes habia cogido, coloco en forma de copa sus manos, igual que cuando bebia de un rio... y espero . Unas pocas semillas cayeron de sus manos, pero al momento una paloma enorme y preciosa se poso en el borde de sus manos y se puso a comer de la gran cantidad de semillas que Kan tenia entre sus manos. Era obvio que esta era la paloma mas feliz de todas, pues despues de echarle un par de miradas de advertencia al joven se puso a comer como una loca, con una gran ansia y una gran alegria. Kan la observaba con la boca abierta y sin mover un solo musculo, casi apenas respiraba de la emocion que sentia al tener al bello pajaro entre sus manos. Era lo que antes habia deseado con las otras palomas asustadizas... al ver que estaba segura en las manos del joven humano, la paloma relajo sus plumas, retrajo una pata y se dispuso a comer esta vez de una forma mas calmada y relajada... aunque con grandes bocados cada vez. Si la Palomas hubieran tenido boca en vez de Pico, Kan habria jurado que la paloma le sonreia.
- Bien jovencito - dijo el Anciano Clerigo sacando al Joven Samurai de su ensonacion - estoy esperando a que me lo acabes de describir.
- Eh... - exclamo Kan buscando las palabras adecuadas - Una paloma esta sobre mis manos comiendo absolutamente todas las semillas que quiere... al principio tenia miedo, pero ahora ha visto que no tiene nada que temer de mi y come confiada y tranquila.
- Has entendido ya lo que te quiero decir?
- Aun no Clerigo - Dijo el joven ruborizandose - creo que voy viendo alguno de los matices del tapiz, pero aun no soy capaz de admirar toda su belleza.
- Bien, te ayudare - dijo sonriendo el Sabio Clerigo, en realidad le gustaba resaltar ante los demas que era el mas grande conocedor del corazon de los hombres - Las palomas que ves al fondo son infelices y pasan hambre, tienen la comida a su alcance, solo tienen que volar hasta aqui, cerca de nosotros y cogerla... pero su miedo les impide hacerlo. Temen que les hagamos algun dano. - El anciano hizo una pausa y miro al joven, en su rostro se empezaba a iluminar la llama del entendimiento - Realmente esas palomas son tan capaces de coger las semillas y comer como las demas, pero sus miedos les impiden alcanzar la comida...
- Los fantasmas del miedo y del fracaso los detienen - Murmuro Kan entre dientes
- Perdona Que decias? ? Pregunto el anciano - Mis oidos no son lo que eran...
- Nada, nada. Por favor continuar.
- Bueno, pues decia que son tan capaces de alcanzar la comida y de comer como las demas, pero que su miedo les impide alcanzar la comida cuando... Simplemente tienen que hacerlo! - El anciano miro fijamente y con seriedad al joven - Esto le pasa a muchos hombres, solo han de actuar, de hacer las cosas, de luchar por ellas para alcanzarlas y cogerlas... y no lo hacen por miedo a fracasar.
- Estas palomas que hay mas cerca - Continuo el Sabio cambiando de tono y senalandolas - como puedes ver, y tu mismo has dicho, son la mayoria. Se conforman con unos pocos granos seguros, aunque saben que no hay bastantes para todas. La mayoria de ellas se quedara con hambre, y cada dia las veras un poco mas flacuchas. Unos dias tendran suerte y comeran un poco mas, otros dias tendran menos suerte y comeran un poco menos... sin embargo la mayoria de las veces solo tendran la comida justa para sobrevivir... Realmente solo tienen que dar un pasito mas, acercarse a la comida... Y tendran toda la comida que quieran! - El anciano se encogio de hombros - sin embargo prefieren estar alla, a dos brazas de nosotros porque se sienten seguras... y esa falsa seguridad las condena... porque Como pueden sentirse seguras si en el fondo de si saben que no hay comida para todas? - El anciano guardo una pausa antes de continuar - Muchas personas son asi, se agarran a una falsa seguridad y viven infelices y preocupadas, enganandose a si mismas y haciendose pensar que son felices cuando en realidad... temen que no les llegue la comida para sobrevivir.
Kan estaba con la boca abierta, las palabras del anciano eran la sabiduria mas pura que nunca habia oido... solo estaba describiendo el comportamiento de unas simples palomas... y estaba descubriendo el corazon humano a sangre viva... El joven Samurai cerro su boca con la mano izquierda e intento mantener la compostura para asimilar mejor las palabras del Sabio Clerigo.
- Estas otras palomas que estan a nuestro alrededor son afortunadas! No crees? - La pregunta era retorica, asi que no espero a que el joven le diera contestacion - POR SUPUESTO QUE NO! Estas palomas simplemente han hecho lo que las demas no se han atrevido a hacer... Acercarse hasta nosotros y comer! - El anciano espero un momento a que la sabiduria impresa en sus simples palabras hiciera mella en Kan - Lo unico que han hecho es arriesgarse a venir hasta nosotros... y comer. Nosotros no queriamos hacerles dano Por eso les dimos la comida! - El Viejo Sabio miro a los ojos a su joven pupilo - Y como confiaron, se arriesgaron... y lo hicieron... ellas dormiran esta noche con la barriga bien llena! Mientras que las demas sienten envidia de ellas y piensan que son afortunadas... - Gr'anSan se rio de si mismo - Diras que son paparruchadas de un viejo, dira s que son solo palomas... - El Sabio Anciano fijo su mirada en el atento joven - Pero cuantas personas duermen sintiendo envidia por los mas "afortunados"? Cuantos seres humanos achacan a la "fortuna" que otros tengan mas que ellos? MILLONES! - El anciano hizo batir su blanca tunica espantando a algunas de las palomas mas cercanas - y Por que ? Simplemente porque no han tenido agallas para hacer lo que debian hacer, porque no TIENEN valor para afrontar sus miedos y ACTUAR! - El anciano andaba entre las palomas entusiasmado - No se dan cuenta! No se dan cuenta de que lo unico que tienen que hacer es ACTUAR! - Senalo a Kan con un dedo en una especie de ataque de locura... o de cordura - Creen - dijo bajando su tono de voz - quieren creer! que la vida es cuestion de suerte, que si hay una paloma que tiene mas que ellas, que esta mas cerca de la comida... es simplemente porque tuvo mas suerte al aterrizar... y no se dan cuenta, o no tienen el valor suficiente para dar un pequeno salto y ganarse ese puesto privilegiado... simplemente con unos pequenos pasos! - El anciano al fin se relajo y caminando lentamente volvio a sentarse en su marmol blanco. - Las que hacen eso, las que dan esos pequenos pasos consiguen todo aquello que ansian. - Y anadio muy serio, mirando fijamente a Kan como miraria a un hombre al que va ha revelar la ultima y mas grande verdad que va ha conocer en su vida - No creas que las palomas que tienen mucha comida a su disposicion son pocas porque sea dificil dar ese salto, o porque haya poca comida... son pocas porque la mayoria de las palomas no tienen el valor suficiente para acercarse a la comida...
Kan no dijo nada, estaba bien claro lo que el anciano le habia dicho. La sabiduria de sus palabras era inmensa, por fin comprendia muchas cosas... no solo de esa tarde, sino de toda su vida... mientras pensaba esto Kan se fijo en la paloma de su mano, se habia quedado dormida justo encima de la comida, en ese momento desperto ligeramente, cogio un buen bocado de semillas, las trago y volvio a dormirse.
- Y esa Paloma Kan - dijo tranquilamente el viejo - Esa paloma eres TU! - El joven le miro asombrado - Si tu Kan, porque como tu esta paloma no se ha conformado con las migajas del suelo, tu has ido directamente a la fuente y te has quedado a vivir en ella. - El anciano se acomodo en su asiento - Si te acuerdas, al principio esta paloma estaba asustada como la que mas, sin embargo vio que la recompensa por confiar en ti, por subirte a tu mano era enorme. Esta es la paloma mas feliz y rica de todo este palomar! - Dijo el anciano resaltando sus palabras con un gesto de sus brazos que abarco todo el patio - Despues de arriesgarse vio que realmente estaba segura entre tus manos y se dispuso a comer tranquilamente. Incluso ahora, mientras las palomas del fondo pasan hambre... ella duerme tranquila, con la barriga llena y con mucha mas comida a su disposic ion. - El anciano senalo a las palomas del fondo - las demas podrian hacer lo mismo, podrian volar hasta tus manos a comer y dormir tranquilas... tu incluso se lo ofreciste a algunas, fuiste detras de ellas y ellas echaron a volar asustadas... Acaso no tienen alas para volar a tus manos? Acaso no tienen pico para comer? - El anciano sonrio - Lo que les falta es un corazon puro que les infunda el valor suficiente para batir sus alas y volar hasta tus manos.
Kan guardo silencio para meditar las palabras del anciano... eran ciertas, todas las palomas tenian las mismas oportunidades, la unica diferencia estaba en cual era la paloma que tenia el valor para hacerlo. Igualmente todos los seres humanos contaban con las mismas oportunidades... la diferencia estaba en quienes eran cobardes y se escondias detras de culpabilidades y "suertes"... y quienes eran valientes y hacian lo que tenian que hacer para alcanzar ese premio sublime.
- Aun mas anciano - Exclamo el Joven Samurai entusiasmado - mira las palomas, algunas son blancas y otras grises, unas tienen mas plumas y otras menos, unas tienen las patas enteras y a otras les ha comido algun dedo algun gato... sin embargo por ninguna de esas caracteristicas externas podemos juzgar cuales de ellas se quedaran con hambre y cuales no, por ejemplo aquella bellisima paloma toda blanca - dijo senalando con su mano Izquierda, ya que en la derecha dormia la paloma-samurai - es un paloma preciosa, con unas alas que sin duda le facilitarian el volar rapida y presta hasta la comida, sin embargo se queda alla, alejada y muerta de hambre porque le falta valor. Y a esta de aqui le falta una pata, y eso no le impide comer. Bellas y mutiladas, debiles y Fuertes estan mezcladas... pero ninguna de estas caracteristicas les hace alcanza r la comida, sino que es el valor y el coraje de su corazon lo que les impedira morirse de hambre y comer!
- Exacto! Has entendido muy bien! Solo falta una cosa - El anciano miro fijamente al joven - Te acuerdas cuando te mande que ofrecieras las semillas a las palomas del fondo? A las cobardes... Que ocurrio?
- Pues que huyeron, les pareceria que debia de haber alguna trampa... y prefirieron quedarse con hambre a arriesgarse.
- Pues asi actuan muchisimas personas querido Kan... E incluso peor! Algunas a las que les ofreces en bandeja de oro las semillas del exito... huiran, otras te insultaran, otras sospecharan de ti, otras te pondran a prueba... Por que? Porque su corazon es debil y cobarde, no tienen un verdadero espiritu luchador. Y dime Kan... Quieres personas asi en tu ejercito?
Kan desperto en ese momento a una realidad que no habia visto hasta entonces, esta no solo era una simple leccion sobre el corazon humano, la forma de comportarse de la gente y el como saber diferenciarlos, era tambien... Un consejo de incalculable valor! Porque si aprovechaba bien los conocimientos que hoy habia adquirido podria formar un ejercito de personas verdaderamente valientes y audaces, podria desechar a todas las palomas cobardes y a las que viven en un mundo de suenos y falsas realidades para quedarse solamente con aquellas que realmente eran valientes y puras de corazon, las que venian ellas solas a comer las semillas del exito y con aquellas unicas palomas que iban directamente a comer de la fuente. El suyo seria un ejercito invencible!
- Claro que no quiero a cobardes en mi ejercito! A partir de hoy dejare de correr detras de las palomas cobardes y dare las semillas unicamente a aquellas que tengan el valor de saber captar y aprovechar la oportunidad a la primera. Porque unicamente esas son las que me interesan! Solo las valientes y decididas!
- Perfecto! ? Contesto el anciano - Porque yo llevo toda mi vida intentando que las personas que son como aquellas palomas del fondo vuelen hasta la comida... Y sabes lo que he conseguido? - pregunto al joven - NADA! Que huyan una y otra vez... creeme, por mucho tiempo que corras detras de ellas no conseguiras nada. Y eso no es lo peor Sabes que es lo peor?
- Si! - Contesto el joven Samurai sorprendiendo al Sabio Anciano - Que cada segundo que pierdes con ello es un grano que le quitas de comer a una paloma que si quiere comer de tus semillas.
- Exacto! - Contesto Gr'anSan - Y sabes lo que voy ha hacer ahora? - El anciano miro con cara divertida al joven - Voy dejar de perseguir palomas cobardes y me voy a poner con las manos abiertas a dar semillas a las palomas valientes, pues hoy he visto que es una tarea mucho mas facil y productiva. Espera aqui un momento! - Y diciendo esto desaparecio dentro de su vieja ermita.
Kan miro a su paloma y probo intentar colocarla en su hombro, milagrosamente la paloma encontro mas agradable el hombro del joven que su mano y decidio quedarse a dormir tranquilamente en el hombro del que ya consideraba su almacen personal de comida.
Al poco rato reaparecio el anciano con un ligero saco y su vieja escoba, y echandose el primero encima de su hombro y tomando la segunda como si de una espada se tratara pregunto al joven Samurai...
- Admitis ancianos de noventa anios en tu campamento?
- Si claro! Deseas ser un Samurai?
- Tendre que aprender a manejar la espada? Es necesario que me levante al amanecer y me acueste cuando la luna esta en su cenit? Acaso he de aprender y ensenar todo lo que se a cientos de personas?
- Si, si y Si! - Respondio automaticamente Kan.
- Pues entonces vamos... Que estoy impaciente! - Y anadio mirando la paloma - Por cierto te llevas a tu paloma-samurai.
- Parece que si, me ha tomado por un almacen de comida andante... - y acariciando el suave pecho de la paloma anadio - Me parece que esta paloma ya ha solucionado su vida para siempre