Me olvide de tu nombre una mañana,
cuando solté, mis pájaros al viento,
que lastimó la arena del verano,
y se llevo, para siempre,
mi recuerdo.
Me olvide de tu nombre aquella tarde,
que me quede, parado sobre el cielo,
y reflejaba el agua de la playa,
y entre marzo y abril llego el invierno.
Hoy estas,
en el álbum de mis cosas,
si te canto, muchacha,
no te asombres,
es por simple,
capricho de poeta,
pero recuerda,
que me olvide tu nombre.
Yo no vivo muchacha de recuerdos,
ni pretendo negar que te he querido,
solo quise olvidarme de tu nombre,
y demostrarte, niña, que podía,
al que vive llorando lo pasado,
se le escapa el presente de las manos,
y se queda, muchacha, sin sonrisa,
maldiciendo lo que ayer había besado