Cuenta una historia que un empleado trabajaba en una planta empacadora de
carne. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los
refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se
quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta y
empezó a gritar, pero nadie lo Escuchaba.
La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi
imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta. Llevaba cinco horas
en el refrigerador al borde de la muerte... cuando de repente la puerta se
abrió!
El guardia de seguridad entro y lo rescató. Después de esto, le preguntaron
al guardia, cómo fue que se le ocurrió abrir justo esa puerta, considerando
además, que esta tarea, no era parte de su rutina de trabajo ??. El explicó:
llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a
la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se
despide de mi en las Tardes.
El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy me dijo
" HOLA " a la entrada, pero nunca escuché - "HASTA MAÑANA" - Yo siempre
espero por ese hola, buenos días, y ese chau o hasta mañana - cada día.
Por ello, al notar el paso de las horas y saber, que todavía no se había
despedido de mi, pensé.. que debía estar en algún lugar del edificio, por
lo que lo busqué y "gracias a Dios, lo encontré "
Saludos
El Blog le ofrece la maravillosa oportunidad de tomarse unos minutos y dedicarlo a la lectura. Aquí encontrara datos, links, lecturas cortas y todo lo que creamos pueda ser de su utilidad o gusto.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
VERSIÓN CLÁSICA
- La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
- Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
- La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.
- Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
- La cigarra, tiritando, sin comida y sin cobijo, muere de frío
------------ --------- --------- --------- --------- --------- -
VERSIÓN NUEVA (CONTEMPORANEA)
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra, tiritando, sin comida y sin cobijo...organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre.
C5N organiza un programa en vivo en el que la cigarra sale pasando frío y calamidades, y en el programa "6,7,8" de Canal 7 pasan extractos de vídeo de la hormiga bien calentita en su casa y con la mesa llena de comida.
Todo el mundo se sorprende de que en un país próspero como el suyo dejen sufrir a la pobre cigarra mientras hay otros que viven en la abundancia.
Se organiza a través de facebook una marcha en apoyo a la cigarra.
Las asociaciones contra la pobreza, los Sin Tierra, los Sin Techo, los Sin Departamento, Hebe de Bonafini, Luis D'elía, Hugo Chavez, Los Chalchaleros, la chancha y los 20 chanchitos, y la Comisión de Derechos Humanos se manifiestan delante de la casa de la hormiga y la pintarrajean.
Victor Hugo Morales organiza un programa en el que cuestiona cómo la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra... e insta al público a opinar en sus encuestas telefónicas y on line, a través de una mañosa pregunta donde tienen qué escoger si son partidarios de la igualdad o de la discriminació n. (como la 'egoísta e insensible hormiga').
En respuesta a los sondeos de opinión, el gobierno prepara una ley sobre la paridad económica y otra - con efecto retroactivo desde el verano - contra la discriminació n.
Los impuestos a la hormiga son elevados notoriamente y por si fuera poco, se le asigna una altísima multa porque no se hizo cargo de la cigarra en el invierno.
La casa de la hormiga es embargada por el impago de los altos impuestos y la multa...
La hormiga, decepcionada, empaca y termina por irse a otro país, donde su esfuerzo sea reconocido y pueda disfrutar libremente de los frutos de su trabajo... donde no se le juzgue ni se le castigue, cuando tenga éxito.
La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras que irresponsablemente se reproducen, y que esperan a que alguien llegue a "donarles" los choripanes, la coca-cola, la cerveza, y los recursos para sobrevivir dignamente ellas y sus descendientes.
La TV realiza un programa especial sobre la cigarra, ahora bien gorda y lustrosa...Está a punto de terminar las últimas provisiones de la hormiga aunque la primavera queda lejana todavía.
La antigua casa de la hormiga, ahora convertida en vivienda social para cigarras, se deteriora por la falta de cuidados de ésta.
Se critica duramente al gobierno por la escasez de medios asignados a la cigarra...Los partidos proponen una comisión de investigación pluripartidista, que costará 10 millones de pesos.
Entretanto la cigarra muere de una sobredosis.. .
Los medios de comunicación comentan que es debido a la falta de medios del gobierno a la hora de luchar contra las desigualdades sociales y la injusticia económica...
La casa termina siendo ocupada por una banda de arañas inmigrantes. ..El gobierno se felicita por la diversidad multicultural del Estado Argentino...
Las arañas organizan una red de tráfico de drogas y tienen aterrorizado a todo el barrio...
FIN???...
Triste pero es nuestra realidad...
CUALQUIER SEMEJANZA CON NUESTRO PAÍS,
DESDE LUEGO,
ES LA PURA VERDAD!!!
LO MALO DE COMPARTIR ESTA FÁBULA ES QUE MUCHOS NI SIQUIERA LA ENTENDERÁN (a los que les conviene.... )...Y OTROS NI SIQUIERA LA REFLEXIONARÁN. ..HABRÁ QUIÉNES SE IDENTIFIQUEN CON LA HORMIGA, Y QUIENES CON LA CIGARRA....
PERO LO CIERTO ES QUE, HASTA QUE EL SISTEMA DEJE DE COBIJAR A CIGARRAS HOLGAZANAS Y A MAÑOSAS ALIMAÑAS, QUE SÓLO SE DEDICAN A CRITICAR A LOS QUE HAN LOGRADO LO QUE ELLOS NO, A HACER "PIQUETES", DECIR LO QUE OTROS 'DEBEN' HACER...Y A HABLAR Y HABLAR, PERO NO A TRABAJAR...
SEGUIREMOS SIENDO UN PAÍS DE NUNCA CRECER Y NUNCA PROGRESAR...
AHORA SI NO COMPARTES ESTA LECTURA, LA REFLEXIÓN SOBRE ESTA SITUACIÓN NO SE DARÁ Y EN VEZ DE TENER MAS HORMIGAS EN EL PAÍS, CRECERÁ LA PLAGA DE CIGARRAS QUE YA TENEMOS...
- La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
- Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
- La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.
- Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
- La cigarra, tiritando, sin comida y sin cobijo, muere de frío
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VERSIÓN NUEVA (CONTEMPORANEA)
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.
Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.
La cigarra, tiritando, sin comida y sin cobijo...organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre.
C5N organiza un programa en vivo en el que la cigarra sale pasando frío y calamidades, y en el programa "6,7,8" de Canal 7 pasan extractos de vídeo de la hormiga bien calentita en su casa y con la mesa llena de comida.
Todo el mundo se sorprende de que en un país próspero como el suyo dejen sufrir a la pobre cigarra mientras hay otros que viven en la abundancia.
Se organiza a través de facebook una marcha en apoyo a la cigarra.
Las asociaciones contra la pobreza, los Sin Tierra, los Sin Techo, los Sin Departamento, Hebe de Bonafini, Luis D'elía, Hugo Chavez, Los Chalchaleros, la chancha y los 20 chanchitos, y la Comisión de Derechos Humanos se manifiestan delante de la casa de la hormiga y la pintarrajean.
Victor Hugo Morales organiza un programa en el que cuestiona cómo la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra... e insta al público a opinar en sus encuestas telefónicas y on line, a través de una mañosa pregunta donde tienen qué escoger si son partidarios de la igualdad o de la discriminació n. (como la 'egoísta e insensible hormiga').
En respuesta a los sondeos de opinión, el gobierno prepara una ley sobre la paridad económica y otra - con efecto retroactivo desde el verano - contra la discriminació n.
Los impuestos a la hormiga son elevados notoriamente y por si fuera poco, se le asigna una altísima multa porque no se hizo cargo de la cigarra en el invierno.
La casa de la hormiga es embargada por el impago de los altos impuestos y la multa...
La hormiga, decepcionada, empaca y termina por irse a otro país, donde su esfuerzo sea reconocido y pueda disfrutar libremente de los frutos de su trabajo... donde no se le juzgue ni se le castigue, cuando tenga éxito.
La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras que irresponsablemente se reproducen, y que esperan a que alguien llegue a "donarles" los choripanes, la coca-cola, la cerveza, y los recursos para sobrevivir dignamente ellas y sus descendientes.
La TV realiza un programa especial sobre la cigarra, ahora bien gorda y lustrosa...Está a punto de terminar las últimas provisiones de la hormiga aunque la primavera queda lejana todavía.
La antigua casa de la hormiga, ahora convertida en vivienda social para cigarras, se deteriora por la falta de cuidados de ésta.
Se critica duramente al gobierno por la escasez de medios asignados a la cigarra...Los partidos proponen una comisión de investigación pluripartidista, que costará 10 millones de pesos.
Entretanto la cigarra muere de una sobredosis.. .
Los medios de comunicación comentan que es debido a la falta de medios del gobierno a la hora de luchar contra las desigualdades sociales y la injusticia económica...
La casa termina siendo ocupada por una banda de arañas inmigrantes. ..El gobierno se felicita por la diversidad multicultural del Estado Argentino...
Las arañas organizan una red de tráfico de drogas y tienen aterrorizado a todo el barrio...
FIN???...
Triste pero es nuestra realidad...
CUALQUIER SEMEJANZA CON NUESTRO PAÍS,
DESDE LUEGO,
ES LA PURA VERDAD!!!
LO MALO DE COMPARTIR ESTA FÁBULA ES QUE MUCHOS NI SIQUIERA LA ENTENDERÁN (a los que les conviene.... )...Y OTROS NI SIQUIERA LA REFLEXIONARÁN. ..HABRÁ QUIÉNES SE IDENTIFIQUEN CON LA HORMIGA, Y QUIENES CON LA CIGARRA....
PERO LO CIERTO ES QUE, HASTA QUE EL SISTEMA DEJE DE COBIJAR A CIGARRAS HOLGAZANAS Y A MAÑOSAS ALIMAÑAS, QUE SÓLO SE DEDICAN A CRITICAR A LOS QUE HAN LOGRADO LO QUE ELLOS NO, A HACER "PIQUETES", DECIR LO QUE OTROS 'DEBEN' HACER...Y A HABLAR Y HABLAR, PERO NO A TRABAJAR...
SEGUIREMOS SIENDO UN PAÍS DE NUNCA CRECER Y NUNCA PROGRESAR...
AHORA SI NO COMPARTES ESTA LECTURA, LA REFLEXIÓN SOBRE ESTA SITUACIÓN NO SE DARÁ Y EN VEZ DE TENER MAS HORMIGAS EN EL PAÍS, CRECERÁ LA PLAGA DE CIGARRAS QUE YA TENEMOS...
La Crisis segùn Albert Einstein
No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo.
La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mis mo sin quedar 'superado'. Q
uien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
ALBERT EINSTEIN
La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mis mo sin quedar 'superado'. Q
uien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
ALBERT EINSTEIN
La Argentina Insolente
En mi casa me enseñaron bien.
Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas sagradas:
Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten.
Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a Papá y Mamá.
Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de Mamá, que nadie discutía... Ni siquiera Papá. Astuta la vieja, porque así nos mantenía a raya con la simple amenaza: “Ya van a ver cuando llegue Papá”. Porque las mamás estaban en su casa. Porque todos los papás salían a trabajar... Porque había trabajo para todos los papás, y todos los papás volvían a su casa.
No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto por la autoridad de Papá (desde luego, otorgada y sostenida graciosamente por mi Mamá) era razón suficiente para cumplir las reglas.
Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido, un cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que respetar. Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían.
Me contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran sólidas... Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse. De lo contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia.
Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y consistentes como eran “lavarse las manos antes de sentarse a la mesa” o “escuchar cuando los mayores hablan”.
Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias.
Éramos todos iguales ante la Sagrada Ley Casera.
Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié “las reglas” mediante el sano y excitante proceso de la “travesura” que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente. .
La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive en un mundo predecible..
El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.
Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal. Lenta y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había “travesuras” sin “castigo”, y una enorme cantidad de “reglas” que no se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o un boludo, si me lo permite decir).
El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para arriba.
Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que comer: "La impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había impunidad.
En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e inmediata. Pero también había piedad.
Le explicaré: Justicia, porque “el que las hace las paga”. Piedad, porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte, uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.
Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi casa.
Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una “Tercera Regla” no escrita y, como todas las reglas no escritas, tenía la fuerza de un precepto sagrado. Esta fue la regla de oro que presidía el comportamiento de mi casa:
Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas en su lugar.
Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo..
Eso es lo que nos arruinó: LA INSOLENCIA.
Usted puede romper una regla - es su riesgo - pero si alguien le llama la atención o es atrapado, no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra, pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no ser que uno viva en una sociedad plagada de insolentes.
La insolencia de romper la regla, sentirse un vivo, e insultar, ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o hacerla respetar. Así no hay remedio.
El mal de los Argentinos es la insolencia. La insolencia está compuesta de : petulancia, descaro y desvergüenza. .
La insolencia hace un culto de cuatro principios:
- Pretender saberlo todo
- Tener razón hasta morir
- No escuchar
- Tú me importas, sólo si me sirves.
La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación.
La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira.
Así nos vamos a quedar sin trabajo todos.
Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.
Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas?
Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes?
Yo se lo voy a contestar.
PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas.
Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros.
No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un tacho de basura. Si no hay un tacho de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel.
Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla.
Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.
Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA.
Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada.
Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa.
Porque hay que aprender a hacerlo todos los días.. Ése es el desafío.
Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.
¿A USTED QUÉ LE PARECE?
¿PODREMOS RECONOCERNOS EN LA CALLE ?
Espero no haber sido insolente.
En ese caso, disculpe.
Dr. Mario Rosen
Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas sagradas:
Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten.
Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a Papá y Mamá.
Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de Mamá, que nadie discutía... Ni siquiera Papá. Astuta la vieja, porque así nos mantenía a raya con la simple amenaza: “Ya van a ver cuando llegue Papá”. Porque las mamás estaban en su casa. Porque todos los papás salían a trabajar... Porque había trabajo para todos los papás, y todos los papás volvían a su casa.
No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto por la autoridad de Papá (desde luego, otorgada y sostenida graciosamente por mi Mamá) era razón suficiente para cumplir las reglas.
Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido, un cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que respetar. Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían.
Me contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran sólidas... Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse. De lo contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia.
Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y consistentes como eran “lavarse las manos antes de sentarse a la mesa” o “escuchar cuando los mayores hablan”.
Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias.
Éramos todos iguales ante la Sagrada Ley Casera.
Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié “las reglas” mediante el sano y excitante proceso de la “travesura” que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente. .
La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive en un mundo predecible..
El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.
Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal. Lenta y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había “travesuras” sin “castigo”, y una enorme cantidad de “reglas” que no se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o un boludo, si me lo permite decir).
El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para arriba.
Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que comer: "La impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había impunidad.
En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e inmediata. Pero también había piedad.
Le explicaré: Justicia, porque “el que las hace las paga”. Piedad, porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte, uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.
Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi casa.
Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una “Tercera Regla” no escrita y, como todas las reglas no escritas, tenía la fuerza de un precepto sagrado. Esta fue la regla de oro que presidía el comportamiento de mi casa:
Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas en su lugar.
Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo..
Eso es lo que nos arruinó: LA INSOLENCIA.
Usted puede romper una regla - es su riesgo - pero si alguien le llama la atención o es atrapado, no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra, pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no ser que uno viva en una sociedad plagada de insolentes.
La insolencia de romper la regla, sentirse un vivo, e insultar, ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o hacerla respetar. Así no hay remedio.
El mal de los Argentinos es la insolencia. La insolencia está compuesta de : petulancia, descaro y desvergüenza. .
La insolencia hace un culto de cuatro principios:
- Pretender saberlo todo
- Tener razón hasta morir
- No escuchar
- Tú me importas, sólo si me sirves.
La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación.
La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira.
Así nos vamos a quedar sin trabajo todos.
Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.
Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas?
Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes?
Yo se lo voy a contestar.
PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas.
Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros.
No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un tacho de basura. Si no hay un tacho de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel.
Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla.
Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.
Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA.
Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada.
Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa.
Porque hay que aprender a hacerlo todos los días.. Ése es el desafío.
Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.
¿A USTED QUÉ LE PARECE?
¿PODREMOS RECONOCERNOS EN LA CALLE ?
Espero no haber sido insolente.
En ese caso, disculpe.
Dr. Mario Rosen
CARGANDO EL VENADO
Estaba un hombre a la orilla del camino sentado en una piedra, bajo la sombra de un frondoso Apamate. Se le miraba triste, meditando cabizbajo; casi, casi a punto de soltar el llanto.
Así lo encontró su compadre y amigo de toda la vida, quien al verlo en tales fachas, le preguntó cuál era el motivo, para que él se encontrara en situación tan deprimente.
Compadre, la desconsiderada de tu comadre! Ella es la culpable de mi situación ¡Tu comadre! Esta noche la mato la desaparezco, pero de que se muere, se muere.
No digas eso compadre, mejor dígame, por qué la quiere matar, a lo mejor te puedo ayudar a encontrar una mejor solución al problema.
El compadre, después de respirar profundo y conseguir la calma, empezó su relato…..
Mira compadre, tú sabes que somos muy pobres y en mi humilde rancho la única forma de acompañar los frijoles es con un pedazo de carne que consigo en el monte cuando salgo de cacería.
Me voy con mi escopeta, paso varios días de penalidades, arriesgándome con los peligros del monte, esquivando víboras y tigres, soportar la terrible comezón que me producen las garrapatas, los piquetes de moscos.
Aguantar cómo se me mete hasta los huesos el frío de las noches. Luego, por fin, si la suerte me socorre y logro cazar un venado, todavía tengo que cargarlo en mis espaldas todo el largo camino de regreso al rancho y subir la cuesta de la loma hasta llegar a mi casa. Todavía no termino de llegar cuando aparece mi señora con el cuchillo en la mano e inmediatamente empieza a repartir el venado entre los vecinos y sus familiares..... Que una pierna pa' doña Juana, Que otra pa' doña Cleo, Que este lomito pa' mi mamá, que esto pa'llá, Que las costillitas para mi hermana y a los dos o tres de nuevo sin nada que comer y ahí voy de tonto otra vez de cacería.
¡Pero ya me cansé y esta noche mínimo las desmechoneo!
El compadre de aquél pobre desdichado, después de meditar un momento, le dio la solución:
-Invita a tu mujer a cargar el venado.
-¿¡Qué!?
-Sí, llévate a la comadre de cacería, No más no le digas las penurias que pasas para llevar el venado a tu casa. Mejor píntasela bonito. No le hables de caminos empedrados, ni de los bichos, ni los peligros, ni del frío ni el calor.
-Dile que la invitas a la cacería para que los dos disfruten juntos de los bellos paisajes :
-Del esplendor de las estrellas que te cobijan en la noche
-De los manantiales cristalinos que reflejarían románticamente sus imágenes
-De la graciosa manera en que camina el venado, como si fuera un bailarín de ballet
-De el dulce canto de los grillos y los pajarillos silvestres, en fin, píntale bonita la cosa.
El compadre siguió el consejo. Por supuesto la convenció. La mujer, entusiasmada, se fue con la falda larga hasta el tobillo, poco a poco se le desagarraba con las púas en el camino y al cruzar el primer "aguamal" se redujo a minifalda porque la prenda quedó desgarrada. La blusa le quedó toda rota, los zapatos se le rompieron por las piedras y las espinas la hicieron sangrar. Se le pegaron por todo el cuerpo garrapatas y bichos. El fuerte sol le quemó la piel. El pelo se le maltrató: le quedó tieso como estropajo. Las manos llenas de ampollas y llagas que se le hicieron al abrirse paso entre el espeso monte.
Ya sin aliento, estuvo a punto de sufrir un infarto al toparse con una enorme víbora. Por fin, después de tantos martirios, encontraron al venado. El hombre
sigiloso se acercó a su presa, y localizó el blanco justo para liquidar al escurridizo animal. ¡Bang! Y el venado cayó muerto. La mujer no cabía de júbilo pensando que su sufrimiento había terminado, pero no era así.
Ahora, mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se siente, le dijo el hombre masticando con una expresión rabiosa en cada una de sus palabras.
La mujer casi se desmaya ante la mirada asesina de su marido, pero ante la desesperación por regresar a su casa no tuvo aliento ni para replicar, cargó el venado en su espalda hasta su casa. Casi muerta con las piernas temblando, jadeando y a punto de reventarle el corazón, llegó y tiró el animal en la sala de su casa.
Sus pequeños hijos y sus vecinos, salieron a recibir a la pareja de cazadores y acostumbrados a la repartición, gritaron los niños a su mamá con alegría:
- Mamá, mama!! Vamos a repartir el venado, la mamá de Huguito está esperando por una pierna del venado!!!. Mami qué pedazo le llevo a mi tía?, le dijo otro.
La mujer tirada en el piso, hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la cabeza y con los ojos inyectados de sangre volteó a ver a los niños y agarrando aire hasta por las orejas, les gritó:
¡¡¡ Este venado no me lo toca NADIEEEE !!!y tú Huguito, ve y dile a tu mamá que se vaya a la mismísima M....!!!!! El que toque este Venado lo Mato !!!
"REFLEXIÓN"
Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar el venado".
Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años cargaron muuuuchos venados para llegar a donde están ahora… Y muchos otros como la comadre del cuento siempre esperan cual hienas a que llegue el vecino, el amigo, el conocido o el desconocido con el venado a cuesta para caerle y desgarrarlo, sin importar el esfuerzo que les ha costado conseguirlo
La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado:
Que solo se valora aquello que se ha adquirido como resultado de nuestro
arduo trabajo,
Que solo cuidamos aquello que nos ha costado esfuerzo, sudor y sacrificio
Enséñale a Quienes Ames, a cargar el venado...
Así lo encontró su compadre y amigo de toda la vida, quien al verlo en tales fachas, le preguntó cuál era el motivo, para que él se encontrara en situación tan deprimente.
Compadre, la desconsiderada de tu comadre! Ella es la culpable de mi situación ¡Tu comadre! Esta noche la mato la desaparezco, pero de que se muere, se muere.
No digas eso compadre, mejor dígame, por qué la quiere matar, a lo mejor te puedo ayudar a encontrar una mejor solución al problema.
El compadre, después de respirar profundo y conseguir la calma, empezó su relato…..
Mira compadre, tú sabes que somos muy pobres y en mi humilde rancho la única forma de acompañar los frijoles es con un pedazo de carne que consigo en el monte cuando salgo de cacería.
Me voy con mi escopeta, paso varios días de penalidades, arriesgándome con los peligros del monte, esquivando víboras y tigres, soportar la terrible comezón que me producen las garrapatas, los piquetes de moscos.
Aguantar cómo se me mete hasta los huesos el frío de las noches. Luego, por fin, si la suerte me socorre y logro cazar un venado, todavía tengo que cargarlo en mis espaldas todo el largo camino de regreso al rancho y subir la cuesta de la loma hasta llegar a mi casa. Todavía no termino de llegar cuando aparece mi señora con el cuchillo en la mano e inmediatamente empieza a repartir el venado entre los vecinos y sus familiares..... Que una pierna pa' doña Juana, Que otra pa' doña Cleo, Que este lomito pa' mi mamá, que esto pa'llá, Que las costillitas para mi hermana y a los dos o tres de nuevo sin nada que comer y ahí voy de tonto otra vez de cacería.
¡Pero ya me cansé y esta noche mínimo las desmechoneo!
El compadre de aquél pobre desdichado, después de meditar un momento, le dio la solución:
-Invita a tu mujer a cargar el venado.
-¿¡Qué!?
-Sí, llévate a la comadre de cacería, No más no le digas las penurias que pasas para llevar el venado a tu casa. Mejor píntasela bonito. No le hables de caminos empedrados, ni de los bichos, ni los peligros, ni del frío ni el calor.
-Dile que la invitas a la cacería para que los dos disfruten juntos de los bellos paisajes :
-Del esplendor de las estrellas que te cobijan en la noche
-De los manantiales cristalinos que reflejarían románticamente sus imágenes
-De la graciosa manera en que camina el venado, como si fuera un bailarín de ballet
-De el dulce canto de los grillos y los pajarillos silvestres, en fin, píntale bonita la cosa.
El compadre siguió el consejo. Por supuesto la convenció. La mujer, entusiasmada, se fue con la falda larga hasta el tobillo, poco a poco se le desagarraba con las púas en el camino y al cruzar el primer "aguamal" se redujo a minifalda porque la prenda quedó desgarrada. La blusa le quedó toda rota, los zapatos se le rompieron por las piedras y las espinas la hicieron sangrar. Se le pegaron por todo el cuerpo garrapatas y bichos. El fuerte sol le quemó la piel. El pelo se le maltrató: le quedó tieso como estropajo. Las manos llenas de ampollas y llagas que se le hicieron al abrirse paso entre el espeso monte.
Ya sin aliento, estuvo a punto de sufrir un infarto al toparse con una enorme víbora. Por fin, después de tantos martirios, encontraron al venado. El hombre
sigiloso se acercó a su presa, y localizó el blanco justo para liquidar al escurridizo animal. ¡Bang! Y el venado cayó muerto. La mujer no cabía de júbilo pensando que su sufrimiento había terminado, pero no era así.
Ahora, mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se siente, le dijo el hombre masticando con una expresión rabiosa en cada una de sus palabras.
La mujer casi se desmaya ante la mirada asesina de su marido, pero ante la desesperación por regresar a su casa no tuvo aliento ni para replicar, cargó el venado en su espalda hasta su casa. Casi muerta con las piernas temblando, jadeando y a punto de reventarle el corazón, llegó y tiró el animal en la sala de su casa.
Sus pequeños hijos y sus vecinos, salieron a recibir a la pareja de cazadores y acostumbrados a la repartición, gritaron los niños a su mamá con alegría:
- Mamá, mama!! Vamos a repartir el venado, la mamá de Huguito está esperando por una pierna del venado!!!. Mami qué pedazo le llevo a mi tía?, le dijo otro.
La mujer tirada en el piso, hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la cabeza y con los ojos inyectados de sangre volteó a ver a los niños y agarrando aire hasta por las orejas, les gritó:
¡¡¡ Este venado no me lo toca NADIEEEE !!!y tú Huguito, ve y dile a tu mamá que se vaya a la mismísima M....!!!!! El que toque este Venado lo Mato !!!
"REFLEXIÓN"
Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar la real dimensión del trabajo de los demás, todos debemos aprender a "cargar el venado".
Muchos tienen riquezas, empresas y comodidades porque durante años cargaron muuuuchos venados para llegar a donde están ahora… Y muchos otros como la comadre del cuento siempre esperan cual hienas a que llegue el vecino, el amigo, el conocido o el desconocido con el venado a cuesta para caerle y desgarrarlo, sin importar el esfuerzo que les ha costado conseguirlo
La experiencia adquirida con el paso de los años nos ha enseñado:
Que solo se valora aquello que se ha adquirido como resultado de nuestro
arduo trabajo,
Que solo cuidamos aquello que nos ha costado esfuerzo, sudor y sacrificio
Enséñale a Quienes Ames, a cargar el venado...
Siete normas para vivir mejor
Nunca perdamos nuestra capacidad de entusiasmarnos.
Jamás perdamos la de indignarnos.
Nunca juzguemos con apresuramiento a un hombre; pero, si es necesario hacerlo, supongamos que es bueno o, por lo menos, que se encuentra en aquella zona nebulosa situada entre el bien y el mal.
Si no perdemos ser generosos cuando es difícil serlo, tampoco lo seremos cuando sea fácil.
Lo que infunde más confianza en sí mismo es poder hacer bien cualquier cosa que sea.
Cuando logremos esa confianza, esforcémonos por ser humildes, pues tampoco así seremos superiores a los demás.
Y la manera de hacerse uno realmente útil es buscar lo mejor que otros cerebros pueden ofrecer. Asimilemos sus enseñanzas, y reconozcamos sus méritos cuando nos hayan ayudado.
Jamás perdamos la de indignarnos.
Nunca juzguemos con apresuramiento a un hombre; pero, si es necesario hacerlo, supongamos que es bueno o, por lo menos, que se encuentra en aquella zona nebulosa situada entre el bien y el mal.
Si no perdemos ser generosos cuando es difícil serlo, tampoco lo seremos cuando sea fácil.
Lo que infunde más confianza en sí mismo es poder hacer bien cualquier cosa que sea.
Cuando logremos esa confianza, esforcémonos por ser humildes, pues tampoco así seremos superiores a los demás.
Y la manera de hacerse uno realmente útil es buscar lo mejor que otros cerebros pueden ofrecer. Asimilemos sus enseñanzas, y reconozcamos sus méritos cuando nos hayan ayudado.
Empezar
Aunque sientas el cansancio,
aunque el tiempo te abandone,
aunque el error te lastime,
aunque un negocio se quiebre,
aunque una ilusión se apague,
aunque el dolor queme tus ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos
aunque la gratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tu risa,
aunque todo te parezca nada...
¡Vuelve a empezar!
aunque el tiempo te abandone,
aunque el error te lastime,
aunque un negocio se quiebre,
aunque una ilusión se apague,
aunque el dolor queme tus ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos
aunque la gratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tu risa,
aunque todo te parezca nada...
¡Vuelve a empezar!
¿Y ustedes quienes son?
Zanahorias, huevos o café"
Un/a hijo/a se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido/a.
Estaba cansado/a de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.
Las dejó hervir sin decir palabra.
El/la hijo/a esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bowl.
Sacó los huevos y los colocó en otro bowl. Coló el café y lo puso en un tercer bowl.
Mirando a su hijo/a le dijo: "Querido/a, ¿qué ves?"
"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
Lo/a hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. El/ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera.
Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café.
El/ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente el/la hijo/a preguntó:
"¿Qué significa esto, Padre?"
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido.
Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hijo/a.
"Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?.
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. ¿Cómo manejas la adversidad?
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?
"Lo que más nos priva del AMOR A LA VIDA no es lo que nos sucede, sino cómo reaccionamos a este hecho"
¡Para pensarlo un buen rato, y ver a quien nos queremos parecer!
Un/a hijo/a se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido/a.
Estaba cansado/a de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.
Las dejó hervir sin decir palabra.
El/la hijo/a esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bowl.
Sacó los huevos y los colocó en otro bowl. Coló el café y lo puso en un tercer bowl.
Mirando a su hijo/a le dijo: "Querido/a, ¿qué ves?"
"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
Lo/a hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. El/ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera.
Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café.
El/ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente el/la hijo/a preguntó:
"¿Qué significa esto, Padre?"
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido.
Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hijo/a.
"Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?.
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. ¿Cómo manejas la adversidad?
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?
"Lo que más nos priva del AMOR A LA VIDA no es lo que nos sucede, sino cómo reaccionamos a este hecho"
¡Para pensarlo un buen rato, y ver a quien nos queremos parecer!
A los Hermanos del Campo
Yo mamé la madrugada,
conocí los sacrificios
y aprendí desde muy chico
a ordeñar de sol a sol
en el campo no hay feriado
cuando de ordeñe se trata
diaria rutina que ata
aunque el banquito no está
todo se ha modernizado,
es el progreso que avanza
Aunque sea Semana Santa
a las vacas hay que ordeñar.!
No se miran las arrugas
ni en la siembra ni en las trillas
cuántos son los que critican
si compran una camioneta
ven a un pobre con maleta
y le preguntan ¿qué llevás?
En el pueblo se habla mucho
que los campos son muy ricos
son ricos porque trabajan
y quieren su bienestar
no le gusta que el gobierno
meta mano en su bolsillo
pa' mantener más vivos
que viven sin trabajar.
Hay muchos terratenientes
dueños de miles de hectáreas
por qué con la misma vara
el gobierno va a medir
a esos chacareros chicos
que siembran pocas hectárea
con tan grandes retenciones?
Lo quieren hacer morir?
No se pongan contra el campo
porque el campo es la palanca
sin el campo no marchamos
y menos en contra de él.
Tantos inútiles sueldos
a gente que no trabaja
parásitos, patoteros
que tienen que mantener
.¡Aumentemos las retenciones
total tienen mucha plata!
la que ganan trabajando
sin dar ni pedir cuartel
pero llega el momento
de que el vaso se rebalsa
porque la gente se cansa
y no sabe ya qué hacer.
Que termine la soberbia
y que bajen la cabeza
que se dejen de decretos
que lastiman al país
que al pueblo no lo convencen
con discursos altaneros
estoy con los chacareros
porque chacarero fui.
Sé que a muchos les molesta
mi manera de expresarme
trato de ser respetuoso,
mi padre me lo enseñó,
pero hay tantas injusticias
que ya no puedo callarme
el campo salió a la calle
y es vergüenza y es dolor.
No es vergüenza lo que pasa
ahí en los pagos seiberos
donde están los patoteros
chupando y tomando sol
ellos no tienen retenciones
y ganan mucho dinero
dicen que son camioneros:
camioneros ¡por favor!.
Son camioneros aquellos
que en la ruta
se juegan por el sustento,
yo que soy de tierra adentro
a ustedes les pido perdón
Cuántos días en los caminos
trabajando honradamente
y cuando el sueño lo vence
hacen noche en el camión.
Esos sí son camioneros
que caminan por la patria
en las rutas tejen sueños
que se funden en hogares
igual que los chacareros
que sembrando esperanza
y si la suerte acompaña
fructifica en realidad.
Me gusta la democracia
y respetar al que manda
mandato que se han ganado
por el voto popular
pero ya dijo José Hernández:
quien por malo se acompaña
por iguales son tenido
quién me lo puede negar.!
A los hermanos del campo
vaya un abrazo afectuoso
el sol sale para todos
el día los va a alumbrar
en la lucha cotidiana
está el fruto más hermoso
el Dios todopoderoso
no los va a desamparar.
conocí los sacrificios
y aprendí desde muy chico
a ordeñar de sol a sol
en el campo no hay feriado
cuando de ordeñe se trata
diaria rutina que ata
aunque el banquito no está
todo se ha modernizado,
es el progreso que avanza
Aunque sea Semana Santa
a las vacas hay que ordeñar.!
No se miran las arrugas
ni en la siembra ni en las trillas
cuántos son los que critican
si compran una camioneta
ven a un pobre con maleta
y le preguntan ¿qué llevás?
En el pueblo se habla mucho
que los campos son muy ricos
son ricos porque trabajan
y quieren su bienestar
no le gusta que el gobierno
meta mano en su bolsillo
pa' mantener más vivos
que viven sin trabajar.
Hay muchos terratenientes
dueños de miles de hectáreas
por qué con la misma vara
el gobierno va a medir
a esos chacareros chicos
que siembran pocas hectárea
con tan grandes retenciones?
Lo quieren hacer morir?
No se pongan contra el campo
porque el campo es la palanca
sin el campo no marchamos
y menos en contra de él.
Tantos inútiles sueldos
a gente que no trabaja
parásitos, patoteros
que tienen que mantener
.¡Aumentemos las retenciones
total tienen mucha plata!
la que ganan trabajando
sin dar ni pedir cuartel
pero llega el momento
de que el vaso se rebalsa
porque la gente se cansa
y no sabe ya qué hacer.
Que termine la soberbia
y que bajen la cabeza
que se dejen de decretos
que lastiman al país
que al pueblo no lo convencen
con discursos altaneros
estoy con los chacareros
porque chacarero fui.
Sé que a muchos les molesta
mi manera de expresarme
trato de ser respetuoso,
mi padre me lo enseñó,
pero hay tantas injusticias
que ya no puedo callarme
el campo salió a la calle
y es vergüenza y es dolor.
No es vergüenza lo que pasa
ahí en los pagos seiberos
donde están los patoteros
chupando y tomando sol
ellos no tienen retenciones
y ganan mucho dinero
dicen que son camioneros:
camioneros ¡por favor!.
Son camioneros aquellos
que en la ruta
se juegan por el sustento,
yo que soy de tierra adentro
a ustedes les pido perdón
Cuántos días en los caminos
trabajando honradamente
y cuando el sueño lo vence
hacen noche en el camión.
Esos sí son camioneros
que caminan por la patria
en las rutas tejen sueños
que se funden en hogares
igual que los chacareros
que sembrando esperanza
y si la suerte acompaña
fructifica en realidad.
Me gusta la democracia
y respetar al que manda
mandato que se han ganado
por el voto popular
pero ya dijo José Hernández:
quien por malo se acompaña
por iguales son tenido
quién me lo puede negar.!
A los hermanos del campo
vaya un abrazo afectuoso
el sol sale para todos
el día los va a alumbrar
en la lucha cotidiana
está el fruto más hermoso
el Dios todopoderoso
no los va a desamparar.
Pensar la contemporaneidad: Dinero
El dinero es tóxico”, me dijo -enfático- un amigo escritor el mismo día que en el blog de un trotamundos me encontré con esta frase del escritor noruego Arne Garborg: “Dicen que el dinero lo da todo. No es verdad. Se puede comprar alimento, pero no el apetito; medicinas, pero no la salud; un lecho cómodo, pero no el sueño; conocimientos, pero no la inteligencia; apariencias, pero no el bienestar; diversión, pero no el placer; conocidos, pero no la amistad; sirvientes, pero no fidelidad; cabellos canos, pero no el honor; días tranquilos, pero no la paz; Con dinero se puede comprar la cáscara de todo, pero no el grano. Eso no lo da el dinero.”
El dinero es una de las primeras motivaciones para asesinar, el dinero; es la causa de los reclamos que hacen los trabajadores mal pagados o estafados; por dinero finalmente terminan discutiendo las parejas que empezaron amándose.
..no querría que intoxique este blog,
El dinero no me hará perder la elegancia porque el dinero no la compra.
Me quedo con el pensamiento de Garborg sin perder de vista su sentido práctico. El del dinero, digo.
El dinero es una de las primeras motivaciones para asesinar, el dinero; es la causa de los reclamos que hacen los trabajadores mal pagados o estafados; por dinero finalmente terminan discutiendo las parejas que empezaron amándose.
..no querría que intoxique este blog,
El dinero no me hará perder la elegancia porque el dinero no la compra.
Me quedo con el pensamiento de Garborg sin perder de vista su sentido práctico. El del dinero, digo.
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