"La guerra, así como es madrastra de los cobardes, es la madre de los
valientes…" MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA Novelista español
Qué triste es la guerra. Pero más triste es no saber la causa que las
origina. Dice un viejo adagio: quién no conoce la historia, está condenado a
repetirla. De ahí resulta que somos los primeros en inmolarnos, cuando nos
revientan en las manos actos bélicos y criminales en los que la mayoría de
los seres humanos no tenemos ni la primera culpa. Pero si conocemos un poco
su esencia, su historia, podemos entenderlas, más no justificarlas.
En el mundo están prohibidas. Algunos dicen que son el mejor negocio del
mundo; al menos desde la antigüedad se amasaban fortunas a cambio de sangre,
y el motivo conductor no dista mucho de la actualidad. Las guerras todo lo
afean, si. Es cierto. No hay nada más demoledor y trágico que una guerra,
sea cual sea su manifestación. Hemos tenido guerras por años, por siglos y
milenios.
La guerra, como acto violento, no es solo lo que se vivió en la gran guerra
o la segunda guerra mundial. Esas son solo algunas de las manifestaciones
contundentes de un mundo que sufre cada vez más los efectos de indiferencia
ideológica y económica. Contrario a lo que pensaba con la aceleración de la
globalización.
Pero para efectos mundiales, esto no es nada nuevo. Hace 2,500 años el mundo
era global. Éramos menos humanos y mucho menos territorio descubierto, y los
pocos ciudadanos que habitaban el planeta ya hablaban de guerra, incluso
mundiales. Que desolador percibir que cualquier guerra entre europeos, es
ahora una guerra civil. Al menos así lo es para Ramón Llull, filósofo
catalán del siglo XII. Pero ya hay quienes consideran que en una guerra
civil, jamás se encuentra la gloria.
Los presocráticos (Anaxágoras, Mileto, Anaximandro, etc.) trataban el tema y
concluían algunas teorías para definir si la guerra era la madre de todas
las cosas. Tal parece que si. Y entonces valdría la pena replantear también
si el mundo está hecho a base de guerras; si tiene que morir algo para que
nazca un ente nuevo.
Roma conquistaba territorios a base de guerras. Los nuevos "imperios" lo
siguen haciendo. Para Marco Tulio Cicerón, el dinero era el nervio de la
guerra. El mundo actual está en una constante guerra, algunas tienen siglos
dándose. Unas son por religión, otras por territorios. Otras por política,
pero sobre todo por el poder económico. Y eso que Wiston Churchil afirmaba
que la política era peor que la guerra, pues en ésta solo se moría solo una
vez.
Las guerras cuestan dinero, y mucho. Hay países que hicieron guerras, las
perdieron y ahora son potencias mundiales. Con asomo de ironía, Alemania
ahora dice no a la guerra.
Jean-Paul Sartre: "Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los
que mueren". Ricos contra pobres, opresores contra oprimidos, blancos contra
negros, los del norte contra los del sur,
y el muy de moda occidentales contra orientales. La guerra de todas maneras
enloda y ensaña a todos.
Para el escritor alemán Thomas Mann "la guerra es la salida cobarde a los
problemas de la paz". Nicolás Maquiavelo afirmaba: "las armas se deben
reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten".
El fin justifica los medios… buscando nuestro final por cualquier medio. Uno
de ellos es la guerra.
Que irónico resultó para John Lennon al ser nombrado *Sir *por la corona
británica pensar que también se condecoraba a los hombres que habían hecho
guerra y las ganaban. Mientras que Cervantes se cuestionaba "¿cuán menos son
los premiados por la guerra, que los que han perecido en ella?".
Sun Tzu en su "El Arte de la Guerra" establecía que el supremo arte de la
misma era doblegar al enemigo sin luchar. Y no falta el colmo, pues el
pretexto para todas las guerras es conseguir la paz. Volteo de nuevo al
fascinante Cicerón "Si ha de hacerse la guerra, hágase únicamente con la
mira de hacer la paz".
A lo que me recuerdan las tres consignas que George Orwell en su novela
futurista "1984" subyugó como sigue:
ï‚• La guerra es la paz;
ï‚• La libertad es la esclavitud;
ï‚• La ignorancia es la fuerza.
O qué tal su amigable frase "El deporte es una guerra sin armas".
George Washington entresacó que el único medio para preservar la paz es
estar preparados para la guerra. John F. Kennedy lo vaticinó así "el hombre
tiene que establecer un final para la guerra. Si no, la guerra establecerá
un final para la humanidad".
¿La guerra será la enfermedad del mundo que no tiene cura? No sé. No sé que
armas se utilizarán para la tercera guerra mundial, pero quiero imaginarme
que para la cuarta volveremos a usar palos y piedras.
¿Serán inevitables las guerras? No creo. Podemos hacerlas menos violentas;
no me cabe la menor duda. Jamás me he pronunciado a favor de ellas. Al
contrario. La guerra es la destrucción del espíritu humano. O tal y como
Friedrich Nietzsche bautizó: "La guerra vuelve estúpido al vencedor y
rencoroso al vencido"
Las guerras han sido consecuencia de la suma de esas pequeñas soberbias del
hombre por conseguir lo que quiere y hasta lo que no quiere. Debemos, mejor,
sumar esas grandes honras de los hombres que queremos preservar la paz.
Sumemos nuestras honras y nuestras solidaridades para evitar el horror de la
guerra, pero conociendo objetivamente la causa de la misma, y no estemos
condenados a repetir su historia.
Dichoso es aquel que toma una guitarra y se pronuncia en contra de la
guerra; pero más dichoso aquel que conociendo su esencia y necesidad, logra
evitarlas.
Marco Cortés-Colis